
Oficina porteña: play al track 12 de “Mundial”, el nuevo disco de Daddy Yankee, y la frase “me siento como el nuevo Elvis Presley” sale del parlante y le infla el pecho al puertorriqueño. 48 horas después, debajo de una gorra de baseball y con la cara de tu primito de 14, Daddy se justifica con humildad desde un piso 12 de Puerto Rico. “Es que me siento como imparable. No quiero que lo lleves con la connotación de ego, sino que me siento imparable en términos de que todo el tiempo estoy haciendo algo. Yo te digo con el mejor sentido de la palabra: soy un fajón. ¿Me entiendes?”. No.
¿Qué es un fajón? Un luchador. Yo sé que soy un luchador y me siento imparable. Y creo que todo el que tiene un espíritu así, de mucha energía y de mucho enfoque, se siente igual. Tu me entiendes. Bien seguro del trabajo que está haciendo. Eso es lo que quise decir.
En 2004, el disco “Barrio Fino” impulsó a Daddy y popularizó el reggaetón a niveles globales. Desde el Caribe y con ayuda de los Luny Tunes, el dúo de gurúes de la producción, Daddy explicó qué era el perreo en hits fundamentales para el género como “Gasolina” y “Lo Que Pasó, Pasó”. Pasta de clásico para éxitos que sonaron en el 2005 en Villa Lugano y en un bar de Estambul.
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